Manifiesto Artístico

El arte es transformación: Las obras de Alessandro no representan una realidad estática; cambian y evolucionan, al igual que las nubes en el cielo o el agua que fluye. Su arte es una experiencia fluida, que escapa a la categorización y vive en un constante devenir.

La impermanencia es belleza: El artista celebra la imperfección y la asimetría como valores estéticos, rechazando la idea de una finitud definitiva. Sus pinturas son procesos abiertos, actos donde cada trazo es una posibilidad y cada capa una revelación del yo.

Entre la realidad y el sueño: Las creaciones de Alessandro se sitúan en una dimensión suspendida entre la realidad y el sueño, invitando a los espectadores a explorar sus propias emociones y perderse en los detalles ocultos. No se trata de interpretar, sino de entregarse a un diálogo íntimo y personal.

La naturaleza como maestra: Alessandro se inspira en elementos naturales, como el viento, el agua y la tierra, para crear paisajes interiores que evocan la fuerza primordial del mundo. En sus obras, la naturaleza nunca es representada de manera descriptiva; más bien, se subliman en formas y texturas que evocan los ciclos de la vida y la interconexión de todas las cosas.

Más allá de lo visible: Cada obra es una invitación a mirar más allá de la superficie, a captar la poesía de lo invisible y a reflexionar sobre lo que permanece oculto en los pliegues de la materia. El arte de Alessandro Pumpilium es una ventana hacia lo desconocido, un intento de dar voz a lo que no puede ser dicho.

Esta búsqueda se traduce en un estilo caracterizado por formas orgánicas y indefinidas, enriquecidas con colores naturales que evocan los elementos de los que el artista se inspira.

Con una sólida formación cultural y un enfoque multidisciplinario, Alessandro también es consultor creativo en los campos del Arte y el Diseño, además de filósofo de los negocios. Realizó su primera exposición en Londres a la edad de 24 años, y hoy en día sus obras forman parte de colecciones privadas en Italia, España, Inglaterra y Estados Unidos.

Un artista de 360 grados, Alessandro se desplaza entre la pintura, la música, el diseño de productos y las artes visuales, colaborando con figuras destacadas del Instituto de Artes Contemporáneas (ICA) en Londres.

Actualmente, vive entre Italia, Francia y España, continuando con la búsqueda de su sueño artístico y enriqueciendo la escena creativa internacional con su visión.

En esta colección, destacan tres elementos distintos: lo abstracto, el paisaje y lo simbólico. Cada obra está pensada para ser saboreada lentamente, invitando al espectador a un viaje profundo y meditativo. La contemplación paciente revela, capa por capa, nuevas escenas y posibilidades, creando momentos de reflexión que se expanden con el tiempo. Las obras de arte cambian bajo una mirada atenta, como si adoptaran nuevas formas con cada parpadeo. A veces, es solo el ojo el que percibe estos sutiles cambios, mientras que otras veces, es el paso del tiempo el que los transforma, con fluidos y disolventes fluyendo y moldeando las superficies. En esta fractura del tiempo lineal, se revela una experiencia visual en constante evolución.

Lo incompleto, lo irregular, lo asimétrico: una idea de lo inacabado que se abre al infinito, escapando a la comprensión inmediata. Es lo oculto, la huella única e irrepetible, lo real y lo efímero manifestándose en el aquí y ahora. Lo efímero se condensa así en un momento, en una fracción de segundo.

Oriri: una poesía visual, una improvisación, un abandono al flujo de la existencia para perderse y volverse a encontrar.

La forma se vacía, reduciéndose a una síntesis mínima y suspendida, dejando espacio para el devenir. En esta dimensión, donde vapores, humo e incienso flotan entre la forma y la no-forma, podría decirse que el ser encuentra amor y paz. Terminado, pero nunca verdaderamente concluido: un amor infinito. Las obras nacen espontáneamente, en un proceso creativo compuesto de gestos improvisados, donde el movimiento se convierte en trazo, y el trazo se disuelve en una sustancia amorfa. En este flujo, después de meses de silencio y caos, emerge una verdad propia, quizás en el descubrimiento de una imagen casual o en un encuentro fortuito. Or perhaps not?

El devenir de la forma se mueve entre lo visible y lo invisible, como vapor, polvo o agua, escapando a cualquier definición precisa y dejando espacio para técnicas y conceptos siempre nuevos. El espacio, el tiempo y el concepto se fusionan, pero la forma también persiste en el vacío, en la impermanencia. Esta condición refleja la no dualidad, en la que lo que se percibe es tanto descripción como no-descripción, permitiéndonos captar las cosas tal como son, y tal como no son. Es una realidad mutable, carente de un significado definitivo pero en continuo proceso de devenir, donde cada momento puede revelar un sentido diferente e inesperado.

Visión

Alessandro Pumpilium busca transformar el arte en un puente entre lo visible y lo invisible, entre lo terrenal y lo espiritual, explorando la tensión entre lo que está definido y lo que elude la comprensión. Sus obras actúan como espejos del alma, revelando paisajes interiores y emociones que evolucionan con el tiempo y el espacio. Con pinceladas fluidas y formas evanescentes, traduce lo inefable a un lenguaje visual que invita al espectador a meditar sobre el misterio de la existencia, la impermanencia y la búsqueda del equilibrio entre el caos y la armonía.

Misión

A través de su arte, Alessandro Pumpilium tiene como objetivo crear experiencias visuales en continua transformación, donde el observador se embarca en un viaje sensorial e interior. Sus lienzos, caracterizados por capas complejas de colores naturales y formas poco convencionales, nacen para comunicar la belleza de lo imperfecto y lo inacabado. La misión de Alessandro es despertar la conciencia del momento presente, mostrando cómo cada instante alberga un universo de posibilidades, donde el tiempo y el espacio se expanden en un juego de apariencias y disoluciones.